Trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
¿Qué es el TDAH? Síntomas y problemas frecuentes
¿Te cuesta concentrarte, terminas pocas tareas o sientes que tu mente va a mil por hora? Podría tratarse (aunque es necesario un diagnóstico formal) de TDAH, un trastorno del neurodesarrollo que afecta a muchas personas, más de lo que imaginamos
Este trastorno es una condición que afecta tanto a niños como a adultos. Se caracteriza por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad que pueden interferir en diversas áreas de la vida diaria, como el trabajo, las relaciones personales y la autoestima.
Preguntas frecuentes
Síntomas y características del TDAH
En la infancia
Durante la niñez, el TDAH suele manifestarse a través de:
- Dificultades para concentrarse en el colegio o durante el juego.
- Escasa capacidad de organización.
- Comportamiento hiperactivo: hablar en exceso, moverse sin parar, agitación constante en manos y pies.
En la adolescencia
En esta etapa, los síntomas pueden cambiar y presentarse como:
- Impulsividad marcada y dificultad para gestionar las emociones.
- Problemas para administrar el tiempo y tendencia a la procrastinación.
- Impacto negativo en el rendimiento académico y en las relaciones sociales.
En la adultez
En adultos, el TDAH puede expresarse de forma más sutil, aunque igualmente significativa:
- Dificultades para gestionar responsabilidades cotidianas.
- Baja tolerancia a la frustración.
- Olvidos frecuentes y falta de atención a los detalles.
Diagnóstico del TDAH
El diagnóstico del TDAH debe ser realizado por un profesional de la salud mental mediante una evaluación clínica que incluya entrevistas, cuestionarios y, en algunos casos, pruebas neuropsicológicas. Es importante descartar otras condiciones que puedan presentar síntomas similares.
TDAH en mujeres
Lo que ocurre en el caso de muchas mujeres adultas es que el TDAH puede pasar desapercibido durante años. Mira nuestra sección de TDAH en mujeres para saber más
¿Y si tengo TDAH?
Tal vez te pasa que te cuesta concentrarte, olvidas cosas todo el tiempo, reaccionas de forma impulsiva o sientes que tienes mil ideas dando vueltas, pero te cuesta llevarlas a cabo. O quizás convives con una sensación constante de frustración, como si estuvieras corriendo una carrera con los cordones atados.
Si te identificas con varios de estos síntomas y sientes que están afectando tu día a día, vale la pena hablar con un psicólogo. No es un compromiso a largo plazo ni un diagnóstico automático: es una charla para empezar a entender lo que te pasa y, si es necesario, explorar herramientas que te ayuden a manejarlo de una forma más amable y efectiva.
Tratamiento del TDAH
Cuando se trata del TDAH, no hay una única solución mágica que funcione para todo el mundo. Por eso, el enfoque suele ser integral y adaptado a cada persona. En general, se combinan distintos tipos de apoyo para lograr los mejores resultados:
- Terapia psicológica: La terapia cognitivo-conductual (o TCC, como se suele abreviar) es una de las más utilizadas. Ayuda a identificar patrones de pensamiento y comportamiento que pueden estar interfiriendo en el día a día, y a cambiarlos por otros más útiles.
- Apoyo psicoeducativo: Entender bien qué es el TDAH y cómo se manifiesta puede marcar la diferencia. A veces, solo con conocer el “por qué” de ciertas cosas, ya se alivia parte de la carga. Además, se aprenden herramientas prácticas para gestionar mejor el día a día.
- Tratamiento farmacológico: En algunos casos, se recurre a medicación, ya sea estimulante o no estimulante, para ayudar a regular la atención, la impulsividad o la hiperactividad. Siempre debe ser recetado y supervisado por un profesional.
¿Por qué acudir a terapia si tienes TDAH?
Además de trabajar sobre los síntomas, la terapia tiene beneficios que muchas veces no se ven a simple vista, pero se sienten profundamente:
- Te ayuda a recuperar (o construir) la autoestima, especialmente si has pasado años sintiéndote “fuera de lugar”.
- Aprendes a organizarte mejor y a concentrarte, con herramientas prácticas que realmente se adaptan a ti.
- Mejoras la gestión emocional y tus relaciones, porque el TDAH también puede afectar cómo te conectas con los demás.
Y sí, se reduce el estrés y la frustración, porque entender lo que te pasa y saber cómo actuar cambia mucho las cosas.
Terapia online para el TDAH
Hoy en día, no hace falta desplazarse hasta un consultorio para recibir ayuda. La terapia online se ha convertido en una opción real, accesible y muy efectiva para quienes viven con TDAH. ¿Lo mejor? Se adapta a tus tiempos, tu ritmo y tu espacio, sin sacrificar la calidad del proceso terapéutico.
Cada vez más estudios respaldan su eficacia: trabajar en línea puede ayudarte a mejorar la atención, la organización del día a día y tus relaciones, sin importar dónde estés. Además, para muchas personas con TDAH, tener sesiones desde casa reduce barreras como el estrés del traslado, la rigidez horaria o la sobrecarga sensorial.
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