Dificultad para la penetración (Vaginismo)

La imposibilidad de la penetración, sus síntomas, qué lo causa, cuántos tipos hay y cómo tratarlo.

El vaginismo es una disfunción sexual que se manifiesta como una contracción involuntaria y persistente de los músculos del tercio externo de la vagina.

Esta contracción interfiere con cualquier intento de penetración vaginal, ya sea durante el coito, un examen ginecológico o la introducción de tampones. Esta respuesta muscular puede ser parcial o total, generando dolor, ansiedad y miedo.

El vaginismo no es solo un problema físico, no es una cuestión de voluntad o deseo, sino una respuesta refleja del cuerpo que genera dolor, ansiedad y frustración. Es importante entender que esta condición es real y tratable.

Síntomas comunes del Vaginismo

Dificultad o imposibilidad para permitir la penetración vaginal

Dolor intenso o sensación de “barrera” durante el intento de penetración

Ansiedad anticipatoria antes de tener relaciones sexuales

Imposibilidad para usar tampones o someterse a exámenes ginecológicos

Evitación del contacto sexual por miedo al dolor o al fracaso

En algunos casos, la persona ni siquiera es consciente de que está contrayendo los músculos de forma involuntaria; simplemente siente que «no puede» o que «algo» lo impide

Preguntas frecuentes

¿Tienes dudas? Aquí te respondemos

¿Qué tipos de vaginismo existen?

Existen dos formas principales de vaginismo:

  • Primario: Cuando la persona nunca ha podido mantener una penetración vaginal.
  • Secundario: Cuando la penetración era posible anteriormente, pero se vuelve dolorosa o imposible después de un evento físico, emocional o relacional.
Sí, el vaginismo tiene tratamiento eficaz. La gran mayoría de los casos logran una recuperación completa con terapia psicológica y sexológica especializada.

Se recomienda buscar consulta sexológica o psicológica especializada cuando experimentas dolor, ansiedad o imposibilidad de penetración vaginal de forma persistente. Es crucial buscar apoyo si esta situación te genera malestar clínicamente significativo, frustración o afecta tu relación de pareja.

También es el momento de buscar ayuda si:

Se han descartado causas ginecológicas y el problema persiste.

Deseas comprender y trabajar tus respuestas sexuales, incluso si no te encuentras en una relación activa.

El abordaje temprano del vaginismo facilita un mejor pronóstico y ayuda a evitar la cronificación de síntomas asociados, como la evitación sexual o la ansiedad sexual generalizada. No tienes por qué enfrentar esta situación en solitario.

Una sesión con un sexólogo/a clínico/a especializado en vaginismo se lleva a cabo en un entorno seguro, respetuoso y sin juicios. El objetivo es ofrecerte un acompañamiento integral para comprender y superar esta dificultad. Generalmente, una sesión incluye:

Evaluación inicial integral: Recopilación de antecedentes médicos, ginecológicos, sexuales y psicológicos para tener una visión completa de tu situación.

Psicoeducación: Te proporcionaremos información basada en evidencia sobre el funcionamiento sexual, el dolor y la respuesta muscular, ayudándote a entender mejor lo que te sucede.

Exploración del origen multifactorial: Trabajaremos en los componentes emocionales, relacionales y cognitivos que pueden estar contribuyendo al vaginismo.

Terapias basadas en evidencia: Utilizaremos técnicas como la reestructuración cognitiva, la exposición gradual (por ejemplo, con dilatadores vaginales) y la desensibilización sistemática.

Mindfulness y ejercicios de relajación pélvica: Estas herramientas han demostrado ser efectivas para reducir el dolor sexual y la tensión muscular.

Es fundamental destacar que la intervención es siempre progresiva, respetuosa y adaptada a tu ritmo personal, promoviendo en todo momento tu sensación de seguridad y autonomía.

A continuación, desmentimos algunas ideas erróneas que pueden influir en la experiencia de la anorgasmia:

«Todas las mujeres deben tener orgasmos solo con penetración«: Falso. La mayoría de las mujeres requiere estimulación directa del clítoris para alcanzar el orgasmo.

«Si no llegas al orgasmo, no disfrutas del sexo«: Falso. El placer sexual es multifacético e incluye afecto, conexión, deseo, entre otros elementos. Aunque el orgasmo es un componente deseado, la ausencia de este no anula otras formas de placer y disfrute.

«El orgasmo es igual para todos«: No. La experiencia orgásmica es subjetiva y varía entre personas y momentos.

«Hablar de sexo es innecesario si la pareja se ama«: Falso. La comunicación sexual es clave para una vida sexual satisfactoria y para abordar cualquier dificultad, incluida la anorgasmia.

«Solo hay un tipo de orgasmo»: Falso. Hay diferentes formas de experimentar orgasmos (clitoriano, vaginal, mixto, entre otros), y todos son válidos. El orgasmo, en última instancia, ocurre en nuestro cerebro.

Generalmente, el vaginismo es multifactorial. Aunque el síntoma es físico (contracción muscular), suele estar influido o desencadenado por factores emocionales o cognitivos.
La terapia para el vaginismo se basa en la educación sexual, ejercicios de desensibilización progresiva, técnicas de relajación y trabajo emocional. Suele combinar la intervención individual y, en algunos casos, en pareja.
Sí, es posible, aunque el vaginismo puede dificultar las relaciones sexuales con penetración. Hay opciones de embarazo asistido en casos severos.
El vaginismo puede generar estrés, frustración e incomunicación en la pareja, pero la terapia ayuda a mejorar tanto la vida sexual como la conexión emocional y la comunicación.

¿Te sientes identificado/a?

Si tienes dudas de que los síntomas o las situaciones descritas aplican para ti, háblanos y nosotros te ayudamos