Desequilibrio sexual en la pareja

Desequilibrio sexual en la pareja: causas, manifestaciones y soluciones profesionales

En una relación de pareja, es completamente normal que el deseo sexual no siempre esté perfectamente sincronizado. Sin embargo, hablamos de un desequilibrio sexual cuando esta diferencia en la libido se convierte en un patrón persistente y en una fuente significativa de conflicto o malestar para uno o ambos miembros. No se trata de un problema de “quién tiene razón”, sino de una divergencia en las necesidades y expectativas que genera un ciclo de frustración y presión.

El miembro con mayor deseo puede sentirse rechazado, poco atractivo o no deseado, mientras que el que tiene un deseo menor puede sentirse presionado, culpable o incluso agobiado. De hecho, este desequilibrio sexual va más allá de la frecuencia de los encuentros; a veces, la discrepancia está en el tipo de intimidad que se busca. Es uno de los desafíos más comunes y delicados en la vida en pareja, pero es crucial entender que no es una simple cuestión de números, sino un síntoma de dinámicas más profundas que necesitan ser atendidas con empatía y comunicación.

S de Sexologos

Síntomas de un desequilibrio sexual en la pareja

Diferencia significativa en el deseo sexual entre los miembros de la pareja

Disminución o pérdida del interés sexual en uno de los dos

Frecuencia de encuentros sexuales percibida como insuficiente o excesiva por alguno de los miembros

Sentimientos de frustración, rechazo o incomprensión relacionados con la vida sexual

Aparición de discusiones recurrentes sobre temas sexuales

Evitación del contacto íntimo o sexual como forma de evitar conflictos

Preguntas frecuentes

¿Tienes dudas? Aquí te respondemos

¿Qué es el desequilibrio sexual en la pareja?

Es una diferencia persistente y significativa en el nivel de deseo sexual entre los miembros de una pareja, que genera malestar, frustración o conflicto en la relación. No se trata de una discrepancia puntual, sino de un patrón estable en el tiempo.

Generalmente, por una combinación de factores. Puede deberse a causas psicológicas (estrés, ansiedad), físicas (cambios hormonales, enfermedades, medicación) o relacionales (problemas de comunicación, conflictos no resueltos, monotonía). Rara vez hay un único culpable.

Sí, es totalmente normal y muy frecuente. La libido es individual y fluctúa de manera diferente en cada persona. El problema no es la diferencia en sí misma, sino cuando esta diferencia no se gestiona bien y se convierte en una fuente constante de angustia para la pareja.

Sí, definitivamente. La terapia de pareja y la sexología ofrecen un espacio seguro para explorar las causas subyacentes. Se trabajan herramientas de comunicación efectiva, se negocian expectativas y se encuentran nuevas formas de conectar íntima y afectivamente, más allá de la frecuencia coital.

Puede crear un ciclo muy dañino de presión y rechazo. La persona con más deseo se siente rechazada, y la de menos deseo, presionada. Esto puede llevar a discusiones, resentimiento, evitación de la intimidad y una profunda desconexión emocional que afecta a todas las áreas de la relación.

<p>Es recomendable buscar ayuda cuando el tema se ha convertido en una <strong>fuente constante de conflicto</strong>, cuando genera un sufrimiento significativo (tristeza, culpa, ansiedad), cuando han intentado solucionarlo por su cuenta sin éxito, o cuando la intimidad se evita por completo para no enfrentar el problema.</p> 

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